28 ago 2019

Ponencia, de Rogelio Botanz.

En agradecimiento a Rogelio Botanz.


No he coincidido prácticamente con él. Pero le debo mucho. Te das cuenta con el paso de los años. Sé que la Fundación Canaria Tamaimos le va a hacer un reconocimiento. Y me alegro muchísimo que señalemos a los «trabajadores de la cultura». para darle el valor que tienen.

He seguido siempre a «Taller canario de la canción», «Taller» es «Taller», con Pedro y sin él. Desde «Endecha», con 16 años. Fue un cura quien nos podía este casete, «Trapera», que grabaron en 1986. Decía que para rezar había que tener los pies en el suelo. Y que con «Taller», era fácil hacerlo.

Pasión.
En los conciertos siempre me sorprendía el tipo de la percutería, con esa nariz respingona y fuera de sí. Viéndolo aprendí una cosas de él: si te subes a un escenario, ponle pasión, toda la que puedas, si no, mejor ni intentarlo.

Trabajo.
Otro día lo llamé cuando él trabajaba en la Unidad de Programa de Contenidos Canarios de la Consejería de Educación, programa que ya no existe. Lo hice para preguntarle por el significado del término «deba-not», su origen beréber y su relación con el lenguaje de los indígenas canarios. Lo necesitaba porque utilizaba el término en el título de un libro que escribía. Fue increíble su exposición…

Humildad.
Un día en Ojos de Garza, Telde, actuaba acompañado de «Puntos suspensivos». Eran más los músicos que los espectadores. El concierto duró casi hora y viente. Bailamos, nos divertimos, cantamos… Otra cosa que aprendí: humildad en el escenario y respeto por el público. Nunca olvidaré esa noche de verano en aquella pequeña plaza.

Generosidad.
Otro día le escribí para decirle que habíamos escrito «Isla a isla, cuento a cuento», un libro de relatos que queríamos traducir al silbo gomero. Le contamos que viajamos a La Gomera a contarle a la idea a Isidro Ortiz. Él no nos conocía de nada. Nos abrió su estudio y su tiempo. Y puso a nuestra disposición a los silbadores al que él había enseñado. Fue generoso. Fue un regalo. Fue Rogelio.

Así que gracias maestro, por enseñarme sin pretenderlo. Intento, no sé si lo consigo, que la pasión, la humildad, la generosidad y el trabajo sean aliados de este aprendiz perenne de escritor y narrador.

Ya lo escribiste y lo cantaste hace años:

Por puro placer se los juro
con ustedes comparto
este canto parido a empujones
de luz y trabajo,
con el ansia clandestina de hacer incubar
en sus cuerpos el bacilo febril que les haga bailar,
que les haga bailar,
y sentir que al fin somos uña y carne con ustedes,
palpitando al compás de un “canario” que nos trasciende.

Por puro placer les decía
y sin embargo confieso
que cada vez que piso un escenario
me juego el pellejo,
si conecto con ustedes conecto también
con el tipo que al final me tendrá que pagar el cachet,
que pagar el cachet,
y sentir que ya soy trabajador de la cultura,
que merezco llegar a fin de mes con cierta holgura.

Si me esfuerzo en pulir este canto
es para hacerlo un espejo
que devuelva el perfil a este pueblo
en su justo reflejo,
si le llega a un sueco el trino le suene a canario,
que al hermano lejano le llegue cual puente y le tienda una mano,
y le tienda una mano,
y sentir que ya tienen voz tus sueños y tus penas,
y sentir que el futuro está a la puerta y nos espera,
y sentir que ya somos uña y carne con ustedes,
palpitando al compás de un “canario” que nos trasciende.

(«Ponencia», Rogelio Botanz)

24 ago 2019

Ojalá no vuelen más por aquí...


Lo que ayer se vivió en la playa de Las Canteras forma parte de nuestra manera de entender la vida. Los canarios somos así. También los hay toletes como en todos lados. A mi me ha emocionado muchísimo. Aunque no me ha sorprendido. Por eso me siento tan orgulloso de la gente que me rodea.

Pero la solidaridad no implica mirar para otro lado. Ni olvidar.

Cuando esto acabe definitivamente, lo lógico sería que los que estuvieron nos expliquen qué grado de responsabilidad tiene el modelo económico propuesto, durante tantos años, en el desastre acaecido. Y los que están, además de explicarnos de qué verde va a pintar la UNESCO la tierra calcinada, si se han puestos los medios preventivos adecuados y si los recursos son los correctos. Alguien debería de explicarnos que qué hubiera sucedido si no hubieran cerrado el puesto de bomberos de Tejeda, por ejemplo. Y si los afectados van a tener que sufrir, además, a los burócratas para recibir las ayudas. Si algo no aprendemos, si algo no cambiamos, si nadie pide perdón… no guardes la camisa verde, porque me temo que esta no será la última cadena de agradecimiento que tengamos que hacer.

Cuando nos digan de ir a plantar, yo no tengo ninguna duda de la respuesta del pueblo. Atentos a la maniobra de despiste. No podemos caer en el riesgo de suponer que la responsabilidad es solo nuestra, de la gente de a pié. Aquí TODOS jugamos la partida, aunque en ocasiones las fichas las muevan unos pocos y esos pocos jueguen en la parte del tablero que no arderá nunca.

Y si detrás de todo de esto no hay ningún loco ni malvado al que echarle la culpa, ¿quién es el responsable?, ¿en qué nos equivocamos?, ¿qué no hicimos bien?

Y llegará el momento de la foto. Nadie se la quiere sacar al lado de un tronco quemado. Pero todos querrán una junto a un niño plantando su arbolito. Ojalá me equivoque, como tantas veces me sucede… Ya veremos qué ocurre antes de la próximas navidades.

Este verano los héroes no son de película ni de series. Son de verdad. Tendrán hijos, problemas y facturas que pagar como muchos de nosotros. Pero ellos se juegan sus pestañas para que podamos seguir disfrutando de nuestros hijos, resolviendo nuestros problemas o pagando facturas, vamos, viviendo. Gracias de corazón y ojalá no vuelvan más por aquí, salvo para disfrutar de una romería, una paseo por Tamadaba sin fuego o un vinito de la casa junto a los amigos.

16 ago 2019

El gran amor entre el centeno.


En esta semana me he leído dos novelas totalmente diferentes. «El guardián entre el centeno», del escritor americano J.D. Salinger, y la última obra de Santiago Gil, «El gran amor de Galdós».  Sesenta y ocho años separan la publicación de ambas obras. Salinger prácticamente desapareció; he leído que no dejó de escribir, aunque no publicó mucho más que un par de libros de relatos. Esa fue su única novela. Él mismo declaró que «los sentimientos de anonimato y oscuridad de un escritor constituyen la segunda propiedad más valiosa que le es concedida». Salinger narra la historia de un adolescente que no se entiende, que odia más que ama y que busca su lugar en el mundo huyendo hacia adelante. Es un relato arrollador, destructivo. En algunos pasajes me recordó al Galdós que presenta Santiago Gil en su libro, que se convierte en un eremita por causa del amor. Aunque hay una clara diferencia entre los personajes de ambas novelas porque a Pérez Galdós lo mueve el sentimiento profundo, desgarrado, pasional e imposible.

«El gran amor de Galdós» es una novela íntima, una excusa literaria, una radiografía madura del alma, que recomiendo para saborear en silencio y con paciencia. Hay que confiar en Gil y dejarse llevar por su relato. No te va a defraudar. Me atrevo a decir, sin conocerlo y con el riesgo de equivocarme, que Santiago Gil no solo habla de Galdós. Utiliza al personaje para desgranarse poco a poco, con sutileza y sin perjuicios.

Como escritor me sentí interrogado permanente. «No saben que lo que está escondido entre los adjetivos, los verbos y los puntos…». Y es así. Ya yo he dejado de jugar a esa búsqueda de porqué escribo o cuál es la razón de que lo haga de una determinada manera. Hay razones que incluso yo desconozco y he decidido no buscarlas. Desde que abandoné el diván, me siento más sosegado, fluido y solidario.
 
Por cierto, si deciden leerse las dos novelas, una detrás de otra, dejen «El gran amor de Galdós» para el final. Yo prefiero acabar llorando de emoción que lagrimando de pena.

10 ago 2019

Carta 1 a JCL: ¡Glamour!

¡Coño Jose Carlos!:

Lo conseguiste.

Mira:

  • https://www.canarias7.es/sucesos/fallece-un-indigente-en-un-banco-de-leon-y-castillo-YD7731067
  • https://www.canarias7.es/sucesos/jose-carlos-murio-en-soledad-en-un-banco-nadie-deberia-morir-asi-IY7735479
  • https://www.laprovincia.es/las-palmas/2019/08/07/mala-vida-jose-carlos-lujan/1199648.html
  • https://www.laprovincia.es/blogs/azul-atlantico/y-lujan-se-murio-en-la-calle.html

Has sido noticia. Dicen que nadie debería de morir en la calle. Yo que creía que lo importante era vivir, pero parece que estaba equivocado. 

Pero lo has logrado: ¡Felicidades! Te has convertido en un «influencer» por unos días. No te lo termines creyendo, en horas todos se habrán olvidado de nuevo de ti. Volveremos a acelerar el paso cuando nos crucemos contigo o a mirar el móvil vacío, como disimulando, o agacharemos la cabeza. Así que no te prives demasiado. 

¿Sabes? En las aceras en donde viviste, no se quedan las huellas cuando caminas. No es necesario esperar a la marea para que desaparezcan. Así que tranquilo. Tú a lo tuyo. A tu ron. A tus conversaciones y discursos al aire. A tus cartones. A tu mirada perdida, tanto como la mía. Que nada queda. 

Es una pena que te hayas muerto. Ahora te van a peatonalizar tu casa. ¡Con todo el hollín que tragaste! ¡Hubieras estado en la gloria! Y con alfombra roja y todo. Como una estrella de cine o de fútbol, que viven como tu, pero con glamour. Yo creo, y te lo decía, que eso fue lo que te faltó, José Carlos: glamour y una cuenta en instagram. Y vida resuelta. 

Hablando de todo un poco. ¿Qué tal? ¿Cómo se vive por ahí? ¿Es verdad eso que cuentan? Tampoco hace falta que me lo expliques. Tu espérame, pero no insistas en contármelo. Por cierto, yo no suelo rezarle a lo muertos cuando no lo hice en vida, pero contigo, joder, voy a hacer una excepción. Espero que no te importe. 

Como sé que eres un curioso, te vez en cuando te mandaré una carta, así sigues al día de todo lo que ocurre por El Barrio y tu puedes ocuparte de otras cosas o de no hacer nada, que también tiene su mérito. Estar muerto y ocioso al mismo tiempo no debe de ser fácil.

Y por favor, José Carlos, cuídate. Que aquí te dejaste ir un poco.

PD: ¿Esos zapatos son tuyos? Los encontré por tu banco. 

5 ago 2019

«La familia F, en el Museo Elder» y el fin de los estereotipos.

La LIJ está repleta de estereotipos. Ha servido para transmitir imágenes estructuradas y aceptadas por la mayoría de las personas como representativas de un determinado colectivo. En los últimos años han aparecido muchas publicaciones que han querido presentar una literatura y unas historias alejadas de moldes sociales y comportamientos predeterminados. Pero se ha caído en un determinismo literario que convierte a la obra en algo predecible, sin sorpresa ni imaginación.

Eso no ocurrió cuando leí por primera vez «La Familia F en el museo Elder».

  • Es un libro publicado por Bilenio, escrito por Daniel Martín Castellano e ilustrado por Lourdes Navarro. La historia se aleja de cualquier convencionalismo y rompe los estereotipos de manera sutil y sin que casi te des cuenta. No hay nada forzado y cuando terminas de leerlo sus personajes son tan creíbles que no te has percatado de que:
  • La madre es jefa en una empresa de fontanería.
  • El padre trabaja maquillando cadáveres en una funeraria y le encanta cocinar.
  • A la abuela le gusta la fotografía y es una forense aficionada. Además, sale a las dos de la mañana a buscar a su familia y se pone a caminar ella sola porque a esa hora, desde el pueblo, no sale ningún transporte público.
  • El niño pequeño es sensible, tímido y juega en el mismo equipo de fútbol sala que su hermana. Que por cierto, es la líder y una mujer con una fuerza interior increíble.

En este libro, nada es lo parece y todo sucede sin que parezca nada.

La literatura infantil es sólo eso: literatura, un arte donde las palabras se combinan con belleza. Quizás deberíamos de dejar de preguntarnos para qué sirve, qué sentido tiene o qué intenciones oculta. Quizás los escritores, lo que deberían hacer es escribir, sin más, provocar a quien quiera dejarse hacerlo. El simple hecho de buscar una intencionalidad, de dirigir al lector como si fuera una marioneta, es una manera de perpetuar aquellos estereotipos de los que huimos. Todo debería de pasar con naturalidad y dejar que ocurra sin que esperemos nada.

Por eso me sorprendió tanto «La Familia F en el Museo Elder», porque parece que no ocurre nada, pero pasa de todo. Y si como lector no te das cuenta, solo has disfrutado de la historia, nadie te va a recriminar nada.

Verónica García Melgar
Editora de Bilenio publicaciones

3 ago 2019

«El callejón del Conde Albrit»: nuevo libro.

Estamos ilusionados. A principios del próximo otoño, si todo sucede como está previsto, podremos presentar mi nueva novela: «El callejón del Conde Albrit». Una historia destinada para un público juvenil y adulto. Es un homenaje a mis abuelos, pero también al cine y a las relaciones sencillas y verdaderas, a la gente humilde y a búsqueda de la felicidad. Un reconocimiento a los que vivieron el difícil momento que llegó después de la Guerra Civil.
 
Escribir este libro no ha sido fácil. Sobre todo porque los recuerdos son tantos y las emociones tan nítidas, que era necesario tomar una cierta distancias. Pero ya está aquí y me siento muy satisfecho.
 
La edición y distribución estará a cargo de Publicaciones Bilenio. Ya iremos, poco a poco, adelantando algunos detalles más. Por lo pronto, vayan reservando el 27 de septiembre, que es la fecha prevista para la presentación.

1 ago 2019

San Lorenzo, el pueblo que educa.

Ha sido un honor y una gran satisfacción. Gracias a los que pensaron en un maestro para leer el pregón de las Fiestas de San Lorenzo. Gracias a los que me acompañaron y a todos los que enviaron mensajes de apoyo. Gracias a Jose Carlos y Paola, por aportar sus sueños e ilusiones. ¡Seguimos creciendo! ¡Seguimos creyendo!

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Pregón, San Lorenzo 2019. 81.88 KB 178 downloads

Pregón de las Fiestas de San Lorenzo 2019: San Lorenzo, el pueblo que educa....