29 abr 2022

Agradecido y feliz como una rana


Quisiera compartir con ustedes las palabras que leí en ese momento:

David era un niño de 9 años que hace 23 años me hizo una pregunta que cambió para siempre mi manera de ver la educación. No me estaba yendo muy bien en aquel curso.Y en un arrebato con mis alumnos, David preguntó desafiante que si no me había dado cuenta de que a ellos no les interesaba nada. Y tenía razón, yo no era consciente.

Y buscando respuestas para David, me encontré con la LIJ, las bibliotecas escolares, la narración oral, la escritura creativa, la animación a la lectura, la radio, la música, el teatro… Y con tantos compañeros y compañeras que creen en el poder de los libros y en la fuerza de las historias que contienen para producir un aprendizaje más humano y liberador. Yo he tenido la suerte de estar muy bien acompañado. He tenido la fortuna de ver cómo docentes entusiasmados hacían de la lectura y de la escritura un recurso esencial y fundamental. Gente como Ana Pérez, Joaquín Nieto, Loli Tetares, Ana Lourdes, Yolanda Ortega, Mari Nieves Rodríguez… Infinitamente agradecido por haber tenido la oportunidad de compartir mi vida con ellos y con ellas. Y con otros, que sin serlo, me han dado lecciones de vida como son Juan Carlos Saavedra y Verónica García.

Quisiera dar las gracias al Cabildo de Gran Canaria, a la Biblioteca Insular de Gran Canaria y a las que pensaron que yo era merecedor de este reconocimiento. Me hace muchísima ilusión porque soy un poco maestro, un poco narrador y un poco escritor.

Y por último, muy agradecidos a los lectores, que deberían de cerrar un evento como este, o quizás ser los únicos protagonistas. Sin ellos nada de lo que aquí hacemos o decimos tendría sentido. Gracias a tantos usuarios de las bibliotecas y a los pequeños usuarios de las bibliotecas escolares, que nos piden cada día ser mejores personas, para poder ser mejores maestros.

¡Un abrazo de cuentos!

3 abr 2022

Juan Carlos Alonso, un director con conciencia.

Juan Carlos es un romántico de la educación, un idealista que no tiene reparo en utilizar términos como «amor», «transformación», «alma», «lágrimas» … cuando habla de su centro.

Tiene claro que las personas están en el centro de su acción educativa y que el amor es el impulso de las acciones que realmente transforma. También, que el profesorado es el camino, la vía y el ejemplo para conseguir los objetivos propuestos. Echa en falta que los principios, que son la base de los proyectos educativos, se hayan diluido en el «hacer» olvidándonos del «ser».

Alonso piensa «que nos hemos olvidado de la esencia». Para él es importante saber «qué tipo de ciudadanos queremos formar, a dónde queremos llegar con el alumnado y eso parece que se ha diluido, que ya no es importante, ahora lo que importa es hacer cosas…».

En ocasiones expresó que, en muchos centros, los docentes se comportan como islas y no como archipiélagos. Cada aula es un espacio único, pero en un centro educativo es, además, un lugar común. Por eso, es necesario el consenso de los valores educativos entre los maestros y maestras: «porque realmente esos valores son las raíces de nuestro árbol (…), y con lo mejor de nosotros mismos nutrir esas raíces, esos valores, y poder llegar una visión compartida de la escuela».

El centro escolar no es sólo el lugar donde los niños van a aprender. Alonso considera que también aprende el profesorado, aprenden las familias, aprende el personal administrativo y de servicios… «Y si nosotros tuviéramos esa conciencia», añade, «a lo mejor estaríamos hablando del cambio de la escuela». Sabe de la importancia de la pasión, pero también reconoce la importancia de la formación, de la perseverancia, de la serenidad y del diálogo para trazar un camino común.

Hablar con Juan Carlos es como abrir las compuertas de una presa: el agua mueve las turbinas, aparece la energía, la luz, la emoción, la vida, la pasión y la calma. Aquí te dejo el podcast:

Andy Marrero: oxígeno puro

Artículo publicado en el www.diariodegrancanaria.com


A grosso modo, las cámaras hiperbáricas sirven para llevar el oxígeno a todos los tejidos del organismo, mejorando así la circulación y por lo tanto ayudando a nuestras células a regenerarse.

Entrar en el CEIP en Arucas te crea una sensación parecida. Es un espacio dinámico, donde están sucediendo diferentes cosas a la vez; un lugar intenso y definido, un sistema que lleva el aprendizaje a todos los tejidos del centro y regenera a la comunidad entera.

Hay centros donde cada rincón o cada aula es una isla. Y otros, como sucede en el CEIP en Arucas, donde las islas conforman un archipiélago:  cada elemento es independiente, pero están comunicados unos con otros creando sinergias que impulsan la vida, que llevan el oxígeno a todo el sistema.

El corazón es el motor. El cerebro pone la intención. No sé bien en cuál de estos niveles interviene Andy Marrero, su directora. Tiene la capacidad de buscar soluciones nuevas a los problemas de siempre y creo que es eso lo que se le pide a alguien que ejerce el liderazgo educativo: tener capacidad de análisis y reflexión, ajustar las propuestas a los recursos disponibles para no crear falsas expectativas y disponer los elementos para que todos los componentes del equipo den lo mejor de sí mismo.

En ocasiones, los responsables de los centros tienden a sentirse dueños del espacio educativo que han elegido gestionar. Con el tiempo incluso, van ajustando los objetivos colectivos a sus necesidades personales, convirtiendo todo en un «proceso de adaptación» y no en un «proceso de evolución». Para estos directores y directoras sería aconsejable unas sesiones de «oxigenoterapia hiperbárica educativa».

Cuando escuchas a Andy Marrero descubres que, siendo consciente de la impronta que su personalidad ha tenido y está teniendo en el centro, se coloca de perfil, desviando toda la atención a la capacidad y la fuerza del cambio que provocan las acciones de sus compañeros y compañeras. Es un estilo educativo lleno de vida y exigente, porque sabe que el aprendizaje implica movimiento: un corazón que late y tiñe de ilusión lo que le rodea y un cerebro que impulsa y te hace mejor a su lado.

Así es Andy Marrero, oxígeno puro.

¿Quieres respirar su aire? Escucha la entrevista que le hicimos: