Si no estás relacionado con la educación, puede parecerte extraño que las cuentas de los colegios y la gestión económica de un servicio como el comedor, que presta una empresa privada, lo realice un docente, que obtuvo su plaza en una oposición para ser maestro. Pero son cosas que ocurren en esta Comunidad Autónoma y en este país, que de santo cada vez tiene menos.
Así que en muchas ocasiones, cuando la gestión económica se complicaba o simplemente no sabíamos cómo proceder, cogíamos el teléfono o enviábamos un correo a Julio López. Yo llevo 22 años como trabajador de esta Consejería; con él había hablado en muchas ocasiones, aunque lo conocí en persona hace unos años. Siempre obtuve una respuesta. Siempre. Siempre una palabra amable. Siempre un “no te preocupes” o “me acerco por el centro y lo arreglamos”. Siempre dispuesto. Siempre preocupado. Siempre con soluciones.
Por eso, aunque entiendo que los cambios son necesarios y es necesario renovar los servicios, creo que Julio, medalla Viera y Clavijo por su bien hacer profesional,como tal vez otros compañeros y compañeras, no se merecía acabar así. Yo creía que Educación era diferente. Creía que nosotros entendemos esto como una manera de actuar y de ver la vida. Pero a mi, personalmente, no me han gustado las formas. Al “Pacto de las Flores”, en educación, ya se le ha marchitado una.
Yo solo espero, y estoy seguro de ello, que quien ocupe su lugar tenga la misma predisposición de facilitarnos el trabajo, para así dedicarnos a los que más nos gusta: enseñar.